CEPAL

La Vitalidad de la Innovación en la Era Competitiva


La innovación ya no es una mera opción para las empresas que buscan la vanguardia en sus mercados; se ha convertido en un pilar esencial para asegurar su supervivencia y progreso. Esta noción es ampliamente reconocida en la economía global, donde la innovación se entiende como la generación y aplicación de nuevas ideas y tecnologías que optimizan la producción de bienes y servicios o mejoran su calidad. Este fenómeno representa la introducción y consolidación en el mercado de innovaciones de productos, servicios, procesos o modelos de negocio que benefician a las organizaciones al generar ventajas competitivas, ya sean económicas o de otro tipo.

 El rol de la innovación trasciende la noción de productividad y rentabilidad empresarial. Su influencia en el desarrollo económico es decisiva, dada su capacidad para incrementar la productividad; es decir, la habilidad de crear más valor con los mismos recursos. Cuando nos enfrentamos a un aumento de la productividad, nos encontramos con una expansión económica que, idealmente, debería reflejarse en una mejora en el nivel de vida de los trabajadores y en la rentabilidad de las corporaciones. Desafortunadamente, este no es siempre el caso, y en ocasiones, la productividad puede ensanchar la brecha entre la empresa y su mercado laboral.

Una diversidad de estrategias es necesaria para propagar los beneficios de la innovación a través de toda la economía, promoviendo el dinamismo en distintos sectores y tamaños de empresas. La zona del euro, por ejemplo, enfrenta una discrepancia significativa entre las empresas líderes en innovación y aquellas que están a la zaga, lo que conlleva a una distribución desigual de los frutos de la innovación dentro de la economía.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) resalta la urgencia de adoptar nuevos enfoques de desarrollo que sitúen la igualdad y la sostenibilidad en el corazón de la innovación. (Fuente: Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC). Una revisión de nuestras estrategias innovadoras podría aportar mejoras no solo para la economía, sino también para las cuestiones sociales y ambientales.

Los gobiernos pueden jugar un papel clave apoyando la innovación mediante incrementos en la inversión en I+D, mejorando la educación, simplificando los procesos de creación y clausura de empresas, mientras que las empresas pueden incentivar la innovación invirtiendo en capacitaciones y en I+D. Estas medidas son esenciales para maximizar el impacto de la innovación en el desarrollo económico.

Hallamos ejemplos notables de innovación empresarial en sectores como el legal, con la digitalización de procesos; el transporte, con la adopción de vehículos eléctricos; las finanzas, con el auge de las fintech; y la educación, con la expansión del e-learning. En una próxima publicación, me adentraré en las innovaciones pioneras de Israel en áreas como la agricultura, tecnologías alimentarias, medicina, y seguridad, tanto privada como pública.

La innovación no se limita a la creación de productos o servicios novedosos. También abarca la mejora de procesos, la implementación de modelos de negocio disruptivos y las maneras innovadoras de interactuar con el cliente. Todas estas dimensiones de la innovación juegan un papel crucial en la dinamización económica.

El Manual de Oslo desarrollado por la OCDE, es una guía destinada a las autoridades estadísticas de los países miembros para llevar a cabo las encuestas encaminadas a conocer la situación de la innovación. Su primera edición fue aprobada en la capital Noruega y por este nombre es conocida como Manual de Oslo, que define: «innovar es utilizar el conocimiento y generarlo si es necesario, para crear productos, servicios o procesos que son nuevos para la empresa, o mejorar los ya existentes, consiguiendo con ello tener éxito en el mercado».  Esta definición presenta tres temas interesantes:

1) La importancia del conocimiento, que se genera en caso de que sea necesario. También hay innovación cuando se utiliza un conocimiento que ya existe y es incorporado a la empresa

2) Los productos, servicios o procesos tienen que ser nuevos para la empresa en cuestión y no necesariamente para el mundo

3) Si la innovación no se traduce en beneficios no es innovación.  

Interesante que en una nueva revision del manual de oslo, la OCDE agregó a su definición de innovación que es también un nuevo método de comercialización, un nuevo método de organización del negocio o una nueva forma de relaciones externas.  

Según el Foro Económico Internacional (World Economic Forum-WEF), en la actualidad estamos en la antesala de una nueva ola de innovación dominada por tecnologías como la Inteligencia Artificial o las tecnologías limpias, para los que la materia prima clave serán los datos.  Sobre estos ultimos temas me referiré en proximo blog, enfocado en el proceso de Israel para ser conocida Estado innovador, Israel Stratup Nation, mencionando los principales aportes que se convirtieron en tecnologias universales en diversos campos de la ciencia y la tecnología: innovaciones del sector agua, agritech, foodtech, medicina, farmacéutica, genética, informática, seguridad privada y pública, aplicaciones digitales, ecología, Ciberseguridad. 

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